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Si le han diagnosticado cáncer de mama, quizá se pregunte cómo puede mejorar su pronóstico y su calidad de vida durante el tratamiento. Aunque no hay una respuesta única para todos, aumentar su nivel de actividad física puede tener un impacto positivo en su salud general. De hecho, se ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo de recurrencia del cáncer y mejora las tasas de supervivencia. A continuación, le mostramos los beneficios del ejercicio para las pacientes con cáncer de mama.

El ejercicio le ayuda a sobrellevar los efectos secundarios del tratamiento

Uno de los aspectos más difíciles del tratamiento del cáncer de mama es lidiar con los efectos secundarios. La quimioterapia, por ejemplo, puede causar fatiga, náuseas y dolor. La radioterapia puede provocar irritación de la piel y fatiga. Se ha demostrado que el ejercicio ayuda a aliviar algunos de estos efectos secundarios al liberar endorfinas, que son analgésicos naturales. Además, el ejercicio puede ayudar a reducir la fatiga y mejorar su calidad de sueño.

El ejercicio mejora las tasas de supervivencia

Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio mejora las tasas de supervivencia en pacientes con cáncer de mama. Un estudio realizó un seguimiento de 1.500 mujeres con cáncer de mama en fase inicial durante nueve años y descubrió que las que hacían ejercicio durante al menos 30 minutos al día tenían un riesgo un 35% menor de morir de su cáncer que las que no hacían ningún tipo de ejercicio. Otros estudios han mostrado resultados similares, demostrando que el ejercicio puede ayudarle a vivir más tiempo después de un diagnóstico de cáncer de mama.

El ejercicio reduce su riesgo de recidiva del cáncer

Además de mejorar las tasas de supervivencia, también se ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo de recidiva del cáncer. Un estudio realizó un seguimiento de 474 pacientes con cáncer de mama en fase III durante siete años y descubrió que las que hacían ejercicio durante al menos cuatro horas a la semana tenían un riesgo un 34% menor de que su cáncer reapareciera que las que no hacían ningún tipo de ejercicio. Además, otro estudio descubrió que las mujeres con cáncer de mama en fase inicial que realizaban una actividad moderada o vigorosa durante al menos tres horas a la semana tenían un riesgo un 41 por ciento menor de que su cáncer reapareciera que las mujeres sedentarias

Como puede ver, son muchos los beneficios de mantenerse físicamente activa si se le ha diagnosticado un cáncer de mama. Si está buscando formas de empezar, hable con su médico o con un entrenador calificado sobre un plan de ejercicios adecuado para usted.

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